Barcelona, ciudad cosmopolita y de arquitectura modernista, es el escenario perfecto para unas vacaciones familiares. Durante tu escala de crucero podrás deslumbrarte con fascinantes construcciones que van desde la Sagrada Familia y el barrio gótico hasta el Park Güell. Además, a la rica tradición cultural y el fascinante casco histórico se suman las hermosas playas y fascinantes barrios, como La Barceloneta, que harán de tu visita una experiencia sin igual.

Niza, destino clásico en cruceros por el Mediterráneo occidental, enamora no solo por su hermoso clima, sino también por las playas, los grandes museos y su interesantísimo centro histórico. En tu visita disfrutarás perderte por sus calles, recorrer el Mercado de las Flores, caminar por el famoso Paseo de los Ingleses, admirar grandes construcciones, como la Catedral de San Nicolás y el Palacio Lascaris; y subir a la Colina del Castillo, el mejor mirador de toda la ciudad. 

En un mini crucero por la costa italiana llegarás hasta Portofino, un pintoresco pueblo pesquero con mucho para ver. Aquí, además de contemplar las famosas casas de colores, puedes visitar el Parque Regional, la iglesia de San Jorge y la famosa Reserva Marina. Tanto si quieres relajarte como estar en movimiento encontrarás algo para hacer.

Esta ciudad italiana invita a explorar sus alrededores nada más llegar a la terminal de crucero. En tu recorrido podrás conocer, entre otros atractivos, el Castillo de San Giorgio, el Museo Cívico Amadeo Lia, la Catedral de La Spezia y la Iglesia Santa María Assunta. Además, desde aquí podrás visitar el famoso Parque Nacional de Cinque Terre, ubicado a menos de 20 kilómetros de distancia. 

Llegar a Civitavecchia en crucero es una oportunidad única. Esta ciudad, de exquisita arquitectura y grandes monumentos, como el macizo Forte Michelangelo y La Rocca, es testigo de épocas pasadas y grandes civilizaciones que dejaron huella. Ubicado a tan solo 80 kilómetros de Roma, este puerto es clave para llegar a la ciudad del amor y admirar, en primera persona, dos clásicos imprescindibles: el Coliseo y el Vaticano. Una escala que, sin duda, aprovecharás por completo. 

Con un estilo clásico único, Nápoles es un puerto que lo tiene todo para conquistar. Durante tu escala de crucero podrás recorrer pintorescas calles y visitar lugares icónicos como el Teatro San Carlo, la Plaza del Plebiscito y la Iglesia de San Francesco da Paola. Además de recorrer Spaccanapoli podrás probar platos típicos y reservar una excursión a Pompeya o la isla de Capri. Otros atractivos como el Castel dell’Ovo y la iglesia de Gesù Nuovo son imprescindibles en tu recorrido.

El día de navegación a bordo de un crucero es ideal para experimentar nuevas experiencias, divertirse o relajarse. Buena comida, excelentes servicios y hermosos paisajes son alguna de las cosas que podrás hacer y ver. A bordo te esperan instalaciones para descansar cuerpo y mente, desde spa hasta jacuzzis, y el entretenimiento perfecto para pasar el tiempo entre escalas del crucero de la mejor manera.